¿Qué es la entregabilidad?

A estas alturas ya habrás comprobado que el email transaccional presenta numerosas ventajas para tu negocio pero que también cuenta con no pocas singularidades que te hemos estado mostrando poco a poco.

Tal y como describíamos en un post anterior, existen diferentes métricas que conviene analizar para constatar que nuestra estrategia de email transaccional es acertada. Una de las más relevantes es la entregabilidad, esto es, el grado de éxito en nuestros envíos de mensajes.

¿De qué sirve un buen diseño y una eficaz gestión de contenidos si el correo no llega a su destino? Esa es la variable que conocemos como entregabilidad y que nos sitúa frente a un desafío que debemos resolver sí o sí.

A continuación, te mostramos las principales claves de esta métrica y te enseñamos a evaluarla y a mejorar los resultados de tus campañas. Como veremos, la correcta entrega de un mensaje obedece tanto a motivos técnicos como creativos.

La entregabilidad, la variable básica

Si te has decidido a utilizar el email transaccional como una estrategia de marketing para tu negocio, has dado un paso muy acertado con vistas a incrementar tu volumen de ventas. Ahora bien, para que el cuento acabe como todos deseamos, tienes que estar muy atento durante buena parte del camino.

Una vez hayamos construido un sólido sistema de envío de mensajes personalizados, llega el momento de introducirlos en los buzones correspondientes. Y no, esto no se consigue únicamente accionando la opción de enviar. No todos los correos llegan a su destino y esta es la variable de la entregabilidad.

Si el objetivo último de nuestra campaña es conseguir que el 100% de los usuarios reciban, lean y respondan con distintas acciones a nuestros mensajes, debemos asegurar en primer lugar la cuestión de la entrega.

En realidad, se trata de un canal comunicativo en el que tú como autor/emisor tienes que conseguir que el contenido/mensaje llegue satisfactoriamente al usuario/receptor.

Ni que decir tiene que no puedes esperar que el cliente realice demasiadas acciones dirigidas a recibir los mensajes, puesto que la base del éxito de estos correos es que sean leídos con naturalidad y comodidad. La tarea es tuya y solo tuya.

Tienes que jugar con aspectos como el número de correos que envías a un mismo cliente, la calidad del diseño de los mismos y lo que incluyes en cada uno de ellos.

Lógicamente, existen distintos servicios online como Doppler Relay que simplifican esta tarea asegurándote resultados profesionales en todos los casos.

En este sentido, las funciones del emisor quedarían delegadas a la plataforma de email transaccional (en el siguiente apartado veremos cómo te perjudica confiar en emisores poco profesionales).

¿Por qué no se entregan todos los mensajes?

Existen numerosas razones por las que el email transaccional no puede completar el envío y no todas ellas son subsanables por tu parte. Por ejemplo, un usuario que cuente con una aplicación de bloqueo de mensajes de este tipo puede ser, reconozcámoslo, un objetivo poco realista.

También entra en juego el proveedor de Internet, que podría someternos a todo tipo de comprobaciones antes de dejarnos vía libre. Otro tanto podría decirse de un cliente potencial (o no tan potencial) cuyo antivirus marcara todos estos mensajes como ‘spam’. No es tan habitual como crees pero puede suceder.

Entre los motivos que sí dependen directamente de ti, y que por tanto puedes corregir para mejorar el grado de entregabilidad, destaca la desconfianza. Esto no debería sorprenderte porque tú tampoco abrirías los correos que te llegaran de remitentes sospechosos.

De ahí la importancia de saber en quién delegar esta tarea, como te apuntábamos anteriormente. Un diseño atractivo nos garantiza que el destinatario seguirá interesado en recibir nuestros mensajes.

La primera impresión es, por tanto, determinante, dado que cuando alguien nos considera dignos de su bandeja de ‘spam’, las opciones de cambiar esta situación son prácticamente inexistentes.

Retomando la cuestión del proveedor, cabe destacar que este puede bloquearnos por aspectos como la periodicidad. Sería interesante optar por un sistema de envío de mensajes que no fuera excesivamente regular.

El tiempo entre dos correos no debería ser siempre el mismo, sobre todo cuando no consigamos la apertura de todos los mensajes anteriores (la cuestión de la apertura de email transaccional merece su aproximación específica).

Si el proveedor percibe que el usuario no tiene interés en nuestros correos, estaremos complicados. De ahí que sea tan importante, una vez más, el primer contacto que tengamos con él.

La necesidad de actualizarse

No nos olvidemos tampoco de nuestras propias obligaciones en materia de actualización de bases de datos.

Si un cliente modifica su dirección de correo electrónico habitual, de poco servirá que mantengamos los envíos a la dirección anterior.

Esta información puede conseguirse por diferentes vías, siendo la solicitud de datos al usuario la más acertada siempre y cuando se lleve a cabo de manera sutil (invitándole a confirmar sus datos de contacto, por ejemplo).

Cómo mejorar la entregabilidad del Email Transaccional

La reputación es la mejor baza que podemos jugar para que todos los usuarios reciban correctamente nuestros mensajes.

Por consiguiente, el primer paso para conseguir tasas de entregabilidad más altas es asegurarnos que nadie nos sitúa por principio en su bandeja de ‘spam’ o nos considera por defecto ‘correo no deseado’.

Ya hemos visto que la elección de la plataforma de email transaccional es determinante para sortear los filtros más exigentes. El siguiente y más duro objetivo es lograr que un usuario que ya recibe los correos mantenga su interés en los mismos.

Aquí hay que combinar creatividad con otros trucos comerciales (como el análisis de las preferencias de consumo de cada cliente) y, sobre todo, no dar nunca sensación de asfixia.

Se trata de una comunicación ligera, sin importancia aparente, y que tiene que contribuir a fidelizar al mayor número de clientes posible. El contenido es absolutamente esencial, por lo que es aquí donde se dirime la batalla por el interés de los usuarios.

La entregabilidad también se mejora interactuando con los usuarios que mejores resultados nos están ofreciendo por el momento.

No te confíes nunca y asegúrate de que del contacto no se rompe, pidiendo a los clientes que te incluyan en su listado de contactos o de direcciones seguras para que el proveedor nunca te bloquee. Paralelamente, podría suceder que un cliente habitual no desee recibir este tipo de comunicaciones.

Dado que lo importante son las cifras totales de ventas, no abrumes a quien ya está convencido. Ciertamente, las relaciones más duraderas no son necesariamente aquellas que comienzan con un flechazo sino las que se construyen paso a paso con la confianza de ambas partes. Cuida lo que ya tienes.

La importancia de saber fijar expectativas

Si los envíos de email transaccional arrancaron prometiendo contenidos interesantes a los usuarios que aceptaran suscribirse, tienes que mantener dicha calidad en todo momento.

Por ello, ten mucho cuidado a la hora de crear expectativas. Prometer es relativamente sencillo pero corresponder puede hacérsenos cuesta arriba si nos hemos pasado de pretenciosos, en tanto que una buena campaña de email transaccional se proyecta siempre a largo plazo.

Si los usuarios perciben que la calidad de tus correos se está deteriorando, los datos de entregabilidad se resentirán en consecuencia. Realmente, no es necesario dedicar mucho tiempo a ajustar los contenidos, basta con saber gestionar los cambios.

Intenta que el formato y el tono que utilices en el primer mensaje se mantengan con escasos cambios en el resto de envíos. Es posible que los clientes valoren las novedades pero recuerda que los convenciste con un determinado estilo. Sé fiel a él.

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Etiquetas: Entregabilidad,
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